En el año 2017, en la vereda San Miguel, municipio de Buenos Aires, Cauca, nace el grupo que unos meses más tarde se llamaría Semillas de San Miguel, su nombre representa parte de la historia del territorio que está resurgiendo, que, aunque se estaba perdiendo o transformando en nuevas tradiciones, una semilla o quizá dos, no permitieron que la plantación extinguiera y que hoy, cuatro años después, ya no hay solo dos semillas, hay muchas que están comprometidas a germinar y crecer.
Hacer parte de la Memoria Sonora Para La Paz tiene una gran importancia, puesto que el ser reconocida su historia y acervo cultural, hace que este sea valorado y visibilizado.