“El miedo no evita la muerte, evita la vida”.
Naguib Mahfuz
Una vida digna, una vida libre, enmarcada en principios de respeto mutuo, donde nuestro ser creativo brille y se manifieste. Una vida donde las diferencias sean puentes para encontrarnos y no la razón para ser señalados, excluidos o eliminados. Una vida en armonía con otras especies, con otras inteligencias en nuestro único planeta.
Reconocemos en las artes, en las expresiones de la tradición y en el canto, la posibilidad de sanar y reconstruir las emociones rotas de un país cargado de dolores, miedos, rabias, deseos de venganza.
Reconocemos hoy aquí, que estamos a pesar y por encima de todo, anclados a la esperanza.
En tiempos difíciles donde la muerte, la violencia, el odio y la guerra vuelven a hacerse sentir con fuerza en este y en muchos territorios, en tiempos donde cada quien eleva su argumento, pero no logra escuchar de verdad, en tiempos donde los modelos de éxito están basados en la acumulación y donde lo individual prima sobre lo colectivo, nuestro llamado es a la transformación y al desmonte urgente de tantas prácticas que nos oprimen. Y esto no podrá suceder sin la participación activa de los y las artistas, con la creación masiva de obras profundas que nos impacten y con el reconocimiento pleno del valor de la cultura por parte del gobierno y la sociedad en general.
¡Levantamos nuestra voz desde aquí, hacemos sonar nuestros instrumentos musicales y nuestra canción ancestral, para exigir ser escuchados, porque hemos venido a cantar con total contundencia, que el arte sí puede callar la guerra y la callará! Aquí nos tendrán tercamente en medio de las balas, de los obstáculos y las dificultades más dolorosas, resistiendo con éstas, las únicas armas que disparan futuro.
Invitamos a todos los actores, todas las partes con quienes construimos este país, a quienes ejercen el poder desde el Estado, desde las empresas, desde las religiones e incluso desde las armas; a quienes tienen una parte de la verdad de lo que nos ha ocurrido, a quienes conocen y cuidan con su liderazgo el corazón de la gente, a asumir hoy el compromiso con los niños, niñas y con las nuevas generaciones, de intensificar nuestra lucha para comenzar unidos la derrota de la pobreza, la exclusión, la violencia, el racismo, el machismo, la corrupción y la inequidad.
Obramos con amor por todo lo vivo y con la altura ética y moral que nos exige este momento histórico y movidos por el arraigo a esta comunidad valiente que resiste.
Desde la fuerza de este sueño colectivo llamado Memoria sonora para la paz honramos hoy la historia de dignidad y sabiduría de las comunidades del Cauca.
HASTA QUE AMEMOS LA VIDA.
Norte del Cauca, marzo 4 de 2021.